Preparación:
Paso 1
En este paso, queremos conseguir que el aceite tome el sabor del ajo. Para esto, en una sartén pondremos una taza de aceite de oliva y 8 dientes de ajo. Lo dejaremos unos 30 minutos a fuego lento. Los dientes de ajo no deben quemarse, si observásemos que se tuestan excesivamente, bajaremos un poco más el fuego. Finalmente, retiramos los dientes de ajo, y reservamos el aceite.
Reservamos también 2 dientes de ajo que utilizaremos para la vinagreta en el siguiente paso.
Paso 2
Preparamos una vinagreta de limón, que usaremos como salsa para el conejo y las patatas. Utilizaremos 8 cucharadas de aceite oliva, el zumo de medio limón, y los 2 dientes de ajo que habíamos reservado del paso anterior. Machacamos bien los 2 dientes de ajo con un mortero, hasta dejarlos como un puré. A continuación, añadimos el aceite poco a poco sin dejar de remover, con la ayuda de unas varillas manuales. Finalmente, añadimos el limón, una cucharadita de perejil picado y lo batimos hasta dejarlo bien ligado.
Nota: el aceite de la vinagreta no es el que hemos preparado en el paso anterior, debemos usar un buen aceite de oliva virgen.
Paso 3
Para freír los trozos de conejo, utilizaremos el aceite con sabor a ajo que hemos preparado al principio. Ponemos el aceite a calentar a fuego medio-alto. En cuanto esté caliente, añadimos el conejo, previamente salpimentado, y lo freímos hasta dejarlo doradito y crujiente (unos 3 minutos por cada lado).
Paso 4
Picamos un diente de ajo muy finito. Ponemos 4 o 5 cucharadas del aceite con sabor a ajo en una cazuela de barro (podríamos utilizar también una sartén), añadimos el ajo picado y lo rehogamos brevemente, incorporamos el conejo y lo dejamos 3 minutos más.
Lo servimos con unas patatas fritas y añadimos la vinagreta de limón por encima.